Cuando no hay formas de aliviar el estrés en el trabajo, los empleados pueden tener efectos negativos en su salud física y mental como consecuencia de la presión constante para cumplir los exigentes plazos y producir resultados tangibles.
Por esta razón, entender cómo afrontar el estrés en el trabajo y desarrollar mecanismos de afrontamiento eficaces es crucial para mantenerse sano y productivo.
La realidad es que todos los profesionales que trabajan han experimentado el estrés y la presión en algún momento de su carrera. Incluso si te gusta mucho tu actividad, es inevitable que ciertos aspectos de ésta sean difíciles.
Sin embargo, hay prácticas y rutinas que no sólo pueden ayudarte a sentirte más a gusto, sino también a localizar mejor el origen del problema y trabajar para solucionarlo.

Aprendiendo a lidiar con el estrés Laboral
El término estrés se refiere a la reacción fisiológica que se produce cuando se nos somete a una intensa tensión mental o emocional. Es decir, a menudo se debe a algo que resulta inesperado o abrumador y que no podemos predecir ni evitar.
El entorno laboral, sea en una empresa o hasta en casa por el trabajo remoto, puede parecer una situación incontrolable en el acelerado mundo actual. Los sentimientos de ansiedad, preocupación e incluso depresión pueden aparecer como resultado de un horario de trabajo agitado, que incluye largas horas, plazos estrictos y muchas reuniones.
Es importante saber cómo afrontar todo esto, ya que no hacerlo puede acarrear una serie de problemas tanto para el empleado como para la empresa.
Gestión eficaz del tiempo y planificación del trabajo.
Acostúmbrate a pensar en los posibles resultados al establecer los objetivos. Ten en cuenta que completar las tareas tomará tiempo, y que priorizar tus responsabilidades te ayudará a elegir cuáles hacer primero. No procrastines si necesitas hacer algo rápidamente.
Centrarse en el siguiente paso también es crucial, pero en este caso es mejor enfocarse primero en lo que tenemos enfrente. De este modo, la ansiedad y la tensión en el trabajo pueden mitigarse dividiendo las grandes tareas en otras más pequeñas y mostrándolas en orden.
Darla su debida importancia a los descansos.
Tomar pequeñas pausas frecuentes puede tener un gran impacto en lo productivo que te sientes a lo largo del día.
Esta práctica es una forma estupenda de revitalizar y aumentar la eficiencia. No tengas miedo de cerrar los ojos durante un rato si te sientes estresado o bajo mucha tensión. Relájate con una bebida caliente de tu elección.
Reflexionar sobre nuestra salud mental.
Reconocer la presencia de estrés es el primer paso para desarrollar mecanismos de afrontamiento sanos para lidiar con las presiones del trabajo. Al fin y al cabo, si puedes localizar su origen, puedes empezar a buscar formas de afrontar sus efectos más rápidamente.
Por otra parte, hay veces en las que basta con desahogarse con un amigo o un ser querido de confianza sobre el problema en cuestión para superarlo.
Reconoce tus puntos fuertes y débiles.
Una de las primeras cosas que hay que hacer si te cuesta lidiar con todos los problemas es reajustar tus propias prioridades.
Aprende a tomar una postura colaboradora y constructiva durante la disputa y trabaja en tus habilidades de negociación y agresividad. Al hacerlo, podrás apartarte del problema y llegar a un compromiso que funcione para todos los implicados.
Alimentarse apropiadamente.
Elige frutas, verduras y carnes magras en lugar de comida rápida. Procura hacer pequeñas comidas cada tres horas para asegurar que tus niveles de glucosa en sangre sean estables y tus niveles de energía altos. También es crucial que ingieras mucha agua. Después de todo, se sabe que la deshidratación aumenta el cortisol, que está relacionada con el estrés.